
¿Por qué salta mi Disco de Vinilo? Guía para evitarlo
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Paseo por Malasaña: café, vinilos y cómo cuidarlos bien
Una tarde cualquiera por Malasaña puede acabar siendo un viaje musical inesperado. Ese día iba callejeando entre tiendas de discos, cuando me crucé con dos chicas —María y Vero— con las manos llenas de vinilos y esa mezcla de emoción y dudas que solo un buen hallazgo provoca.
Nos pusimos a charlar sobre qué discos llevaban, y de ahí… a tomarnos un café. Lo que parecía una charla casual acabó siendo toda una mini masterclass sobre cuidado de vinilos, entre risas, canciones y consejos que a más de uno le habrían venido bien antes de rayar su álbum favorito.
Limpieza antes de la primera escucha: el polvo no perdona
Lo primero que les dije fue lo más básico: “el polvo es el peor enemigo del vinilo musical”. Es invisible pero mortal para la aguja. Siempre conviene pasar un cepillo antiestático o un paño suave antes de poner el disco. Eso evita ruidos molestos y ayuda a que el vinilo dure más.
Aguja limpia, sonido limpio
Otro tema clave: la aguja. Si se acumula suciedad o está desgastada, el sonido se estropea y puedes dañar el disco sin darte cuenta. Lo ideal es limpiarla de forma regular con un cepillo específico, y cambiarla cuando ya no esté en condiciones.
Les dije entre risas: “La aguja también se cansa, como nosotros”. Les hizo gracia… pero tomaron nota.
Calibración básica: sin miedo a ajustar
Aquí se pusieron más serias, porque no sabían que el ajuste de la aguja influye tanto. Les expliqué paso a paso:
- Revisión visual: si ves que está muy gastada, cámbiala.
- Peso adecuado: suele estar entre 1,5 y 2 gramos. El manual del tocadiscos te lo dirá.
- Contrapeso y ángulo: si el brazo está muy inclinado, el sonido no será bueno y puede dañar el disco.
- Prueba real: pon el disco y escucha. Si todo suena claro, vas por buen camino.
Guardado correcto: cada disco en su sitio
Les pregunté: “¿Dónde vais a guardar estos discos?”. Me miraron y dijeron: “Ni idea”. Así que les conté lo básico:
- Siempre en su funda interior y exterior.
- Nunca apilados: mejor en vertical, como libros.
- Y si pueden, que usen un buen soporte para guardar discos de vinilo, de esos que además decoran y protegen.
También les hablé de lo útil que es tener un almacenamiento de discos grande si tu colección empieza a crecer. No solo por espacio, sino porque protege mejor.
Bonus: si suena raro, revisa cables y conexiones
Antes de dar por muerto el tocadiscos o echarle la culpa al disco, revisa los cables, los conectores y la aguja. A veces es algo tan simple como una conexión suelta. Si todo parece estar bien y aún así algo falla, mejor llevarlo a un técnico de confianza.
Un café que valió oro
Entre consejos, café y música, la tarde voló. María y Vero se fueron con sus vinilos bajo el brazo y una sonrisa enorme, sabiendo que ahora sí estaban listas para cuidarlos como se merecen.
Y yo, como siempre que comparto mi amor por el vinilo, me fui con la sensación de haber encendido otra chispa.
¿Te ha pasado algo parecido descubriendo vinilos por tu ciudad? ¿Tienes dudas sobre cómo guardar, limpiar o cuidar tu colección? Escríbeme o comparte tu historia con el hashtag #KeepThemSpinning.
Nos leemos en la próxima historia. Y recuerda: cada vinilo tiene una historia que suena mejor si lo cuidas bien.